martes, 28 de octubre de 2008

Estar dispuesto a darlo todo (4)

El holocausto era una de las maneras en que las personas de la antigüedad manifestaban su deseo de entregar todo a Dios sin reserva alguna. Recordemos que en este tipo de sacrificio, la persona entregaba todo el animal para ser quemado en ofrenda para Dios, no se guardaba nada para sí.

Uno de los aspectos que se mencionó de los holocaustos bíblicos, era su carácter voluntario. Dios no pedía holocaustos, los mismos salían del corazón de la persona.

Sin embargo existe un personaje bíblico al cuál Dios le pidió un holocausto y del todo especial. Cierto día Dios dijo a Abraham:

“…Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quién amas y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”. (Génesis 22: 2).

Dios no sólo estaba pidiendo un holocausto, sino que pedía a Abraham que ofreciera a su propio hijo.

¿Cuánto estarías dispuesto a dar por Dios?

Sin duda alguna no fue fácil para Abraham tomar una decisión entre obedecer a Dios y sacrificar a su hijo, pero es importante destacar que entre esas dos opciones haya elegido la primera, es decir, obedecer a Dios y estar dispuesto a sacrificar a su propio hijo si eso era lo que Dios pedía.

En realidad, Dios no quería que Abraham matara a su hijo, tampoco era una especie de “juego” para ver la resistencia de este hombre. Pero ese día él aprendió verdades preciosas.

En el mismo momento que Abraham estaba por matar a su hijo, una voz del cielo le dice… “No extiendas tu mano sobre el muchacho”, al desviar su mirada, Abraham se dio cuenta que un carnero había quedado atrapado en una planta y entendió que este era el regalo de Dios para que él no sacrifique a su hijo. ¡¡¡Con cuánta alegría reemplazó a su hijo por este carnero!!!


Este carnero ocupó el lugar de Isaac y es la representación de aquel que también ocupó mi lugar y el tuyo. Jesús murió para que tengamos vida y en abundancia!!!

Como habrás notado, el holocausto era dar todo a Dios y la única razón para hacerlo era porque Dios da todo por el ser humano.

No temas darle hoy mismo a Dios tu corazón de manera completa, sin reservas. Ese es tu holocausto de hoy.



martes, 7 de octubre de 2008

Cuestión de gratitud (3)

Jesús muchas veces utilizó parábolas para dar a conocer las verdades celestiales a las personas. Estas ilustraciones tienen como objetivo principal explicar lo que no vemos a partir de lo que conocemos o con lo que nos relacionamos cada día.

Pero también hay historias en la Biblia que funcionan como “parábolas vivientes”, es decir, la experiencia de los personajes bíblicos, son ejemplos que me ayudan a entender lo que no veo.

¿Qué historias bíblicas nos ayudan a entender lo que significaba un sacrificio como el holocausto? hay varias, una de ellas es la historia de Noé.


Significado del holocausto en la vida de Noé:

Noé vivió en una época difícil, la sociedad de su tiempo pensaba continuamente sólo el mal (Gn. 6: 5), y a causa de esto, se le dio a la humanidad un plazo de 120 años para cambiar el curso de su historia (Gn. 6: 3).

Noé predicó durante ese tiempo rogando a la gente que cambiara su vida y la prueba era un arca. La tierra sería destruida por un diluvio y todo aquel que quisiera salvarse podía entrar al arca. Todos conocemos la historia… aún los animales comprendieron, pero de las personas sólo 8, entraron al arca

¿Cuánto tiempo estuvo Noé y su familia dentro del arca?

Muchos piensan que tan sólo 40 días… pero este fue el tiempo que llovió. Incluso Noé y su familia entraron al arca 7 días antes de que empezara a llover. La Biblia nos ayuda al relatar que el diluvio comenzó a los 17 días del mes segundo cuando Noé tenía 600 años (Gn. 7: 11), y que salieron del arca a los 27 días del mes segundo del año 601 de Noé, es decir, estuvieron poco más de un año dentro del arca.

Entonces al salir… ¿Qué fue lo primero que hizo Noé? Creo que lo estás imaginando… sí, ofreció un holocausto (Gn. 8: 20).


¿Por qué un holocausto?

Porque el holocausto, al ser voluntario, al nacer del corazón de una persona sin que Dios lo pida, era una manera de demostrar agradecimiento por las cosas dadas por el Señor. Noé demostró allí el inmenso agradecimiento que tenía para con Dios. No fue el arca lo que salvó a los animales, a él y a toda su familia, el arca sólo fue un medio por el cuál Dios los cuidó de la calamidad.

¿Cuán agradecido sos con Dios? A veces vivimos como si mereciéramos todo lo que tenemos, pero… ¿te detuviste a pensar alguna vez que Dios es quien da todas las cosas?

Por ello la actitud de Noé es un claro ejemplo del significado que tenía un holocausto.

Él podría haber pensado: “yo construí el arca” “mis manos salvaron a estos animales, a mi familia y a mí mismo de perecer en las aguas del diluvio”, pero ese no fue su pensamiento, en lugar de esto, estaba tan agradecido a Dios que al salir del barco lo primero que hizo fue edificar un altar y ofrecer voluntariamente un holocausto para Dios.

¿Hiciste tu holocausto de hoy? ¿agradeciste a Dios por la vida, la salud, por poder ver, caminar, saltar, correr?

¿Qué tenemos que agradecer? Podemos dar gracias por que todavía hay tiempo de corregir las equivocaciones, por que nos podemos acercar a las personas y pedir disculpas por los errores, porque tenemos amigos, por que pasamos buenos momentos, por la paz. Incluso si te equivocaste con Dios, hoy podes acercarte a él con toda confianza…

El holocausto bíblico nos recuerda la importancia de ser agradecidos y de no vivir como si todo fuera por simple casualidad.

Hasta nuestro próximo encuentro…